Al presidir una celebración religiosa, Qassem subrayó que después de la liberación en el año 2000 la capacidad de Hizbulah es más firme con la misión de preservar los derechos de Líbano, especialmente el petróleo y el gas, a pesar de las presiones de Estados Unidos e Israel.
El secretario General Adjunto aclaró que la Resistencia islámica libanesa no actúa de manera independiente a su entorno y al estado, pues constituye una opción de poder de los funcionarios nacionales para fijar la postura en la demarcación de las fronteras marítimas e impedir que Israel las invada.
Qassem puntualizó que el papel y la fuerza de Hizbulah son complementarios con la eficacia del movimiento de las autoridades libaneses para beneficiarse de la riqueza petrolera y gasífera ante las maniobras expansionistas israelíes.
La valentía de la resistencia liberó la tierra y convirtió a Líbano en una figura difícil en la ecuación de la región, en lugar de ser un pasaje para legitimar la ocupación de Israel en Palestina, manifestó.
Con la fortaleza de Hizbulah, el proyecto de usar a Líbano como cruce o arena para Israel terminó, amparado en el apoyo popular y la defensa de los objetivos nacionales de liberación e independencia, expresó.
Ante los intentos y las campañas por debilitar a la resistencia en Líbano y la región, Qassem ratificó el compromiso con los derechos de pueblo y la construcción de la patria sin amenazas extranjeras ni el peligro de ocupación por Israel.
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