El indicador subió ligeramente gracias al incremento del 1,1 por ciento del consumo privado, a raíz de la eliminación de las medidas preventivas contra la Covid-19 que limitaban las actividades socioeconómicas y la movilidad dentro de la nación asiática, precisó la Oficina del Gabinete.
Influyó además el aumento de las exportaciones (0,9 por ciento) e importaciones (0,7).
Asimismo, mejoraron la inversión de capital con énfasis en la industria del software (1,4 por ciento) y la inversión pública (0,9 por ciento), en ambos casos desde contracciones respectivas del 0,3 y el 3,2 por ciento experimentadas de enero a marzo.
De acuerdo con el informe oficial, el PIB en el periodo fiscalizado totalizó 542 billones de yenes (4,1 billones de dólares), con lo cual superó los registros del último trimestre de 2019, previo al estallido de la pandemia ocasionada por la propagación del nuevo coronavirus.
No obstante, la mejoría económica (que excluye las fluctuaciones de precios) quedó por debajo de las expectativas de expertos nipones, quienes calcularon una expansión real anualizada del 2,7 por ciento, reseñó la agencia Kyodo.
El ministro a cargo de la revitalización económica, Daishiro Yamagiwa, declaró que el propósito gubernamental es lograr un ciclo virtuoso de crecimiento sostenible liderado por la demanda del sector privado y la distribución de la riqueza.
Las perspectivas de recuperación de la tercera potencia del mundo enfrentan desafíos como el vertiginoso resurgimiento de las infecciones por SARS-CoV-2, desaceleración del crecimiento mundial y limitaciones de suministros.
Además se incluyen inflación interna, devaluación del yen, así como la elevada cotización de los combustibles y las materias primas en el mercado global.
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