De acuerdo con el organismo, se mantienen el encarecimiento de los recursos energéticos en el mercado global, el aumento de los costos de importación y la depreciación del yen como los principales factores que inciden en el mayor desbalance comercial de la nación asiática desde 1979.
En medio del desfavorable contexto, las compras en el extranjero marcaron un crecimiento interanual del 47,2 por ciento y las exportaciones un 19 por ciento, precisó el informe oficial.
Durante el mes fiscalizado, el valor de las importaciones de petróleo, realizadas principalmente desde los Emiratos Árabes Unidos, se duplicó hasta 1,14 billones de yenes (8,5 millones de dólares).
También se elevaron las cifras relacionadas con la adquisición de gas natural licuado (2,2 veces) y carbón (3,7 veces).
Asimismo, sobresalió el incremento de los envíos de automóviles a Estados Unidos (13,7 por ciento), la venta de combustibles minerales (2,4 veces) y equipos de fabricación de semiconductores (poco más del 40 por ciento).
Por países, el superávit con Estados Unidos disminuyó un 22,4 por ciento debido al aumento de las compras de gas natural y carbón que contrarrestaron el impulso de las exportaciones hacia la nación norteamericana.
En el caso de China, hubo un déficit comercial de 424 mil millones de yenes (3,1 millones de dólares), siete veces superior al registrado en julio de 2021.
El gigante asiático compró mayor cantidad de dispositivos audiovisuales japoneses, pero vendió más computadoras personales, teléfonos y prendas de vestir a su vecino insular.
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