Las estadísticas añadieron que las intensas lluvias y sus consecuencias afectaron a más de medio millón de personas, para quienes el gobierno federal promete que continuará brindando asistencia, según el portavoz presidencial Mallam Garba Shehu.
Asimismo, las crecidas destruyeron o dañaron alrededor de 37 mil 600 casas, conforme con las más recientes evaluaciones de organismos gubernamentales especializados.
Diversas dependencias relacionadas con estudios meteorológicos se refirieron a los niveles de precipitaciones de cada año y las relacionaron con los efectos del deterioro ambiental. Chuwumerije Okereke, director y especialista ambiental del Centro para el Cambio Climático y el Desarrollo de la Universidad de Ebonyi, advirtió que 53 millones de personas en Nigeria se arriesgan a sufrir aluviones.
Unido a los informes oficiales tal pronóstico es una alarma temprana para tomar medidas que eviten una masiva escalada de pérdidas humanas y de afectaciones de bienes.
Okereke precisó que los desastres originados por el cambio climático en Nigeria le cuestan 100 millones de dólares cada año y de no tomarse las precauciones para disminuir los efectos el país puede perder cerca de 460 mil millones de dólares para 2050.
El gobierno precisó que los estados afectados por las inundaciones son Lagos, Yobe, Borno, Taraba, Adamawa, Edo, Delta, Kogi, Níger, Plateau, Benue, Ebonyi y Anambra.
Yobe es identificado como el más cálido y lluvioso, por eso se convierte en uno de los más susceptibles a las riadas.
También sufrieron severas lluvias Bauchi, Gombe, Kano, Jigawa, Zamfara, Kebbi, Sokoto, Imo, Abia y el territorio de la capital federal, Abuja, amplió la fuente.
Apreciaciones del Instituto de Estudios del Desarrollo indican que el clima del país varió con aumentos de temperatura y del nivel del mar, crecidas; sequía, así como inestables periodo de lluvia, desertificación; degradación de la tierra y la ocurrencia más frecuente de fenómenos meteorológicos extremos.
La entidad científica acentúa entre las evidencias de las mutaciones que: “La duración y la intensidad de las lluvias han aumentado, (lo cual) produce grandes escorrentías e inundaciones en muchos lugares de Nigeria”.
A mediados de mes, el secretario ejecutivo de la Agencia Manejo de Emergencias del Estado de Jigawa (SEMA), Sani Ya’u, declaró que 50 personas murieron y centenares de ciudadanos fueron desplazados en ese territorio norteño, mientras que en la localidad de Balangu 237 casas sufrieron daños por inundaciones.
También en la comunidad de Karnaya más de 500 viviendas, en su mayoría construidas con barro, fueron arrastradas por las aguas, aseguraron los pobladores.
El impacto directo de ese fenómeno climático causado por los fuertes temporales es que los ocupantes “ahora tienen que vivir en uno de los campamentos temporales”, comentó el funcionario sobre la situación humanitaria a que se someten las víctimas.
Hace dos años, graves inundaciones en el propio estado de Jigawa dejaron 40 muertos y la pérdida de alrededor de 100 mil hectáreas de arrozales.
De hecho, la situación climática del país más poblado de África –más de 211 millones de habitantes- constituye una preocupación priorizada del gobierno de Buhari por el peligroso impacto socioeconómico que puede causar el deterioro ambiental.
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