Incluso antes de que los numerosos escándalos dieran al traste con el mandato de Johnson el 7 de julio pasado, Sunak, de 42 años de edad, era visto por muchos como el sucesor natural del controvertido gobernante.
Desde su puesto de ministro de Hacienda, el político de ascendencia india destinó millones de libras esterlinas del erario a salvar puestos de trabajo, proteger al sector privado y ayudar a las familias de bajos ingresos durante la pandemia de Covid-19, lo que contribuyó a afianzar su popularidad.
Aunque también fue el artífice de la impopular subida de impuestos decretada por Johnson en abril pasado, Sunak tuvo buen cuidado de compensar a los contribuyentes y a otros grupos sociales con paquetes de ayuda, lo que le valió que entre algunos de sus correligionarios de línea dura lo tildaran de «socialista».
Su aura triunfadora comenzó a mermar a raíz de la renuncia de Johnson, pues muchos conservadores, quienes a la postre son los encargados de elegir al nuevo primer ministro, consideran que su dimisión como ministro de Hacienda, el 5 de julio, fue el detonante que precipitó la caída del mandatario dos días después.
Una imagen que circuló en las redes sociales al día siguiente de la defenestración del dirigente presentaba a Sunak en el papel de Bruto mientras apuñala a Johnson por la espalda, al estilo de la Roma de Julio César.
A los calificativos de traidor que le endilgaron sus rivales, se sumó luego la revelación de que su campaña electoral para competir por el puesto de primer ministro estaba lista desde meses atrás.
Pese a ello, Sunak lideró todas las rondas eliminatorias celebradas por la bancada parlamentaria conservadora para escoger a los dos candidatos que se someterían al escrutinio de los 160 mil afiliados al partido con derecho al voto, quienes tienen hasta este viernes para decidirse por el extitular de Hacienda o la canciller Liz Truss, la otra finalista.
Para tratar de convencerlos de que es la mejor opción para ocupar la residencia del número 10 de Downing Street, el joven político promete hacer frente a la crisis del costo de la vida con nuevos paquetes de ayuda financiera para los hogares de más bajos ingresos.
Al igual que su rival, se muestra favorable a reducir los impuestos, pero recurre a sus conocimientos de economista para alertar que esa medida, pilar de la campaña de Truss, solo es factible una vez controlada la inflación.
El nombre del ganador de la contienda interna conservadora se conocerá el lunes próximo, y el nuevo jwefe de Gobierno asumirá el oficialmente el cargo al día siguiente, tras recibir el beneplácito de la reina Isabel II.
Según los sondeos, la canciller británica, convertida en el nuevo halcón de la política exterior británica, se perfila como la favorita para dirigir los destinos de la nación, con el respaldo de apenas el 0,3 por ciento del electorado británico.
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