Hogar de grandes civilizaciones a lo largo de cinco mil años, la denominada Ciudad del Sol aglutina uno de los yacimientos más importantes del Imperio romano y sus ruinas son herencias de un asentamiento fenicio.
Con la romanización se respetaron las antiguas creencias y así construyeron sobre el Valle de Beqaa los majestuosos templos de Venus, Júpiter y Baco que convocaron a multitudes de peregrinos.
Según resguarda la historia, en las canteras de Baalbek se tallaron los monolitos más grandes de la antigüedad, algunos de los cuales nunca llegaron a utilizarse y acabaron enterrados con el paso de los siglos.
El Templo de Venus, diosa romana de la belleza y el amor, da la bienvenida a los espectadores por su emplazamiento a las afueras del recinto y en la actualidad permanece cerrado para recorridos debido a su estado de conservación.
La entrada al santuario de Júpiter deslumbra a los ojos de los transeúntes por las gigantes columnas, la arquitectura colosal y la diversidad de la decoración escultórica.
En su interior, el gran patio atesora vestigios de murallas, columnas, ábsides para estatuas, las piscinas de abluciones y los altares de sacrificios.
La escalera, en el centro, permite divisar la totalidad del complejo y admirar la majestuosidad de seis de las columnas que perduran de la estatua de Júpiter, elevada sobre una escalinata con tres rampas.
A Baco, el dios del vino reverencia el tercer templo, un octóstilo como el Partenón, pero de mayores dimensiones con 18 metros de largo y 46 columnas que constituye un ejemplo imborrable de la arquitectura imperial romana.
Una imagen de cupido y un águila sosteniendo un bastón de heraldo tallado en lo alto de la entrada captan la atención de los viajeros al descubrir la historia del Templo de Baco, escenario en la época de éxtasis dionisiacos a través del vino, el opio y el sexo.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, los escenarios al aire libre de las ruinas de Baalbek acogen diversos eventos con el objetivo de promover la cultura y el turismo de Líbano.
ro/yma