Desde el asesinato de Shinzo Abe, el pasado 8 de julio, la también conocida como antigua Iglesia de la Unificación centra varios escándalos por su relación con el exgobernante que sirvió de presunto móvil para el autor del atentado, Tetsuya Yamagami.
El grupo religioso de origen surcoreano enfrenta acusaciones públicas de estafa, debido a que sus seguidores donan grandes sumas a la iglesia y les compran artículos espirituales a precios elevadísimos.
A propósito, el nuevo servicio de consultas, disponible hasta el 30 de septiembre, ofrecerá ayuda legal a las presuntas víctimas.
La iniciativa cuenta con el respaldo de los ministerios de Asuntos Internos y Comunicaciones; Asuntos Exteriores; Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, así como Salud, Trabajo y Bienestar.
Como parte del alboroto mediático desatado tras la muerte de Abe, los medios de comunicación especulan sobre los supuestos favores que recibe la Federación de Familias para la Paz y la Unificación Mundiales de importantes políticos japoneses a cambio de apoyo electoral.
La presión respecto al tema condicionó la reciente reestructuración del Gabinete realizada por el primer ministro Fumio Kishida, quien intentó separar al gobierno de la polémica y mejorar así la aprobación popular.
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