Agrupados en 57 fraternidades y al ritmo y los pasos de diversas expresiones folklóricas bolivianas como el salay, la morenada, los caporales y el tinku los participantes expresaron su fe y devoción a la patrona del departamento de Chuquisaca.
La fiesta de la denominada Mamita Gualala por los chuquisaqueños comenzó el 4 de septiembre con demostraciones de danzas, música, tradiciones chuquisaqueñas y actividades religiosas.
Al respecto, la ministra de Culturas del Estado Plurinacional, Sabina Orellana, explicó que el 9 de septiembre, primer día de la entrada folklórica, se lucieron las agrupaciones de las provincias chuquisaqueñas y las unidades educativas con la interpretación de las danzas Navidad, pujllay de Tarabuco, zapateada de Serrano, cueca camargueña, potolos y salay, entre otras.
“Estas fiestas en el Estado boliviano nos permiten mostrar la riqueza cultural del país y expresa la diversidad de la vestimenta original de los pueblos”, agregó.
Comentó, asimismo, que estas festividades y la actividad cultural promueven la reactivación de la economía del país, particularmente, en sectores del turismo, comercio y artesanía.
Cinco kilómetros recorren estas fraternidades a ritmo de trompetas, bombos, platillos y guachas, desde la avenida German Mendoza hasta la Plaza 25 de Mayo.
Esta particular virgen, entronizada en la Catedral Metropolitana, fue pintada por Fray Diego de Ocaña en 1602.
Lleva diferentes incrustaciones de joyas en su manto pintado en alusión a un icono bizantino, deja ver su rostro moreno y el de su niño mientras la pasean en procesión por la Plaza 25 de Mayo, siempre a paso lento para que sus fieles puedan saludarla.
La promesa de cada danzarín corresponde a tres años de baile, pero para la mayoría de ellos la participación se extiende por más tiempo ya que sienten extrema pasión por esta festividad y gran devoción por la Mamita Gualala.
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