Según datos recabados entre 2017 y 2019 por los Comités de Revisión de Mortalidad Materna (MMRC), el 22 por ciento de los decesos ocurrieron durante el periodo de gestación, el 25 por ciento acontecieron el día del parto o dentro de las siete jornadas posteriores, y el 53 por ciento entre una semana y un año después del embarazo.
La causa principal del fallecimiento de debe a afecciones de salud mental (donde se incluye el suicidio y sobredosis o envenenamiento relacionado con el trastorno por uso de sustancias), con el 23 por ciento del total.
A esta le sigue el sangrado excesivo con el 14 por ciento, las afecciones cardiacas y coronarias con 13 puntos porcentuales y la infección, la embolia trombótica (un tipo de coágulo de sangre) y la miocardiopatía, todas con un nueve por ciento.
Las personas nativo-americanas u originarias de Alaska se ven afectadas de manera desproporcionada por las muertes relacionadas con el embarazo, apuntó el informe.
Se determinó que la mayoría de los decesos relacionados con la gestación en este grupo de personas eran prevenibles, y alrededor del 64 por ciento ocurrieron entre siete días y un año después del embarazo.
Los ejemplos de recomendaciones de prevención de los MMRC para revertir ese escenario incluyen un acceso más amplio a la cobertura de seguro para mejorar el inicio de la atención prenatal y el seguimiento posterior.
Acorde con la fuente, esta es la primera información que se publica como parte de la política para mejorar las revisiones y la vigilancia para eliminar la mortalidad materna, un programa financiado por los CDC.
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