El estudio del banco BTG y la agencia de comunicación FSB indica además que el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien como pretendiente del Partido Liberal ambiciona reelegirse, apareció con un 35 por ciento, el mismo porcentaje de la pesquisa anterior, publicada la semana pasada.
Después figura el exministro Ciro Gomes, abanderado del Partido Democrático Trabalhista, con un siete por ciento de intención de voto, que representa una caída de dos puntos porcentuales (antes recibió nueve).
La senadora Simone Tebet, postulante del Movimiento Democrático Brasileño, presentó la misma baja de dos unidades (de siete disminuyó a cinco).
Por su parte, la también senadora Soraya Thronicke (Unión Brasil) quedó con uno por ciento, igual que la indagación anterior rumbo a la primera vuelta de la disputa del 2 de octubre.
El sondeo señala asimismo que votos blancos y nulos suman cuatro por ciento; los que no saben o no respondieron alcanzaron tres.
Otros aspirantes al poder como Felipe D’Ávila (Partido Nuevo), José Maria Eymael (Democracia Cristiana), Vera Lúcia (del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), Sofia Manzano (Partido Comunista Brasileño), Leonardo Péricles (Unidad Popular) y Padre Kelmon (Partido Trabalhista Brasileño) no puntuaron en la investigación.
En la simulación de un eventual segundo turno (previsto para el 30 de octubre), entre Lula y Bolsonaro, el candidato del Partido de los Trabajadores ganaría con 52 por ciento de los votos y el exmilitar se quedaría con 39.
La semana pasada, el marcador era del 51 al 38 por ciento para el expresidente.
Según el reconocido analista político Valdo Cruz, de la televisora GloboNews, el comité de Lula apremia la campaña del favorito candidato para tratar de ganar en la primera vuelta.
Cruz asegura que los asesores definieron dos estrategias principales en la recta final de la primera etapa de la consulta.
Una será hacer una acción proselitista para estimular la asistencia a las urnas, a fin de evitar una abstención elevada, principalmente en los grupos de electores que actualmente optan más por Lula, como la población de bajos ingresos.
En este segmento del electorado, la indecisión suele ser mayor.
La segunda estrategia es atraer el voto de indecisos con el discurso de que la segunda ronda será incluso entre Lula y Bolsonaro.
Por eso, refiere el comentarista político, «el mejor camino sería anticipar esa disputa para ahora y cerrar la elección en la primera vuelta, contribuyendo a calmar los ánimos en el país».
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