El Ministerio de Educación espera un regreso gradual de las clases, ante el clima de tensión que experimenta el país con protestas contra el ajuste, la marcada inflación, inseguridad, desabastecimiento de hidrocarburos y devaluación de la moneda nacional.
Como consecuencia de la situación, una treintena de escuelas fueron víctimas de actos vandálicos, afectando las infraestructuras, mobiliario, material didáctico, comedores escolares y archivos, reconoció el ministro de Educación, Nesmy Manigat.
La mayoría de los daños se registraron en los departamentos de Artibonite y Grand Anse, mientras que en Gonaïves saquearon un almacén de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicio para Proyectos, cuyas existencias permitirían alimentar hasta 100 mil niños de escuelas públicas y concertadas, expuso el organismo en un comunicado.
Las autoridades anunciaron la creación de un fondo de emergencia para socorrer a las escuelas afectadas, pero sin comprometerse a cubrir todas las pérdidas.
Ya el año académico estaba pospuesto en Haití luego de las críticas de organizaciones docentes, sindicales y de asociaciones de padres que denunciaron el aumento de los precios de los materiales escolares en medio del desplome de la moneda nacional frente al dólar.
Por su parte, Unicef alertó que un año después del terremoto en el sur del país, más de 250 mil niños aún continúan sin acceso a las escuelas porque más de mil de ellas se dañaron o destruyeron como consecuencia del sismo.
Además de la crisis económica, el accionar de los grupos armados también constituye un desafío para el reinicio de la enseñanza, por su asentamiento en extensos barrios populares donde perpetran asesinatos y secuestros, al tiempo que controlan amplias zonas del país.
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