En un breve mensaje, señaló que los resultados de su actividad en la ONU son altamente positivos para el Perú y “nos permitirán seguir trabajando con enfoque de desarrollo multilateral, inclusivo y justo para todos”.
Omitió referencias a la irritación causada en la oposición parlamentaria, debido a que, en su discurso central en la ONU, calificó como ilegítimos y antidemocrático los golpes de Estado de cualquier tipo y origen.
“Los golpes de Estado, sea cual sea su modalidad, o el poder del Estado que los impulse, son ilegítimos y atentan contra la expresión soberana de la voluntad popular”, dijo en la ONU en obvia alusión a los renovados afanes opositores de vacarlo (destituirlo).
La comisión de Constitución del Congreso comenzó esta semana a analizar la reducción de la mayoría calificada de dos tercios requerida para vacar al presidente, motivada por el fracaso de dos intentos que no alcanzaron ese nivel de aprobación.
“La gobernabilidad democrática exige el respeto a la institucionalidad y sobre todo a la voluntad popular”, manifestó Castillo en la ONU.
El congresista Jorge Montoya, exponente de la oposición extrema, expresó molestia por las referencias del presidente a la política peruana.
Dijo que el Parlamento no debe autorizarle más salidas al exterior, pese a que tiene previstos importantes viajes, como una visita, el próximo mes, al papa Francisco.
El partido de Montoya, Renovación Popular, integra con Fuerza Popular y Avanza País, un bloque de extrema derecha al que se suman sectores de centro y cuyos integrantes hicieron similares críticas al jefe de Estado, también por referirse en Nueva York a los problemas de la corrupción y la pobreza en Perú.
Montoya dijo que Castillo “está destrozando” la imagen de Perú, ante lo cual considera la posibilidad de que el Congreso interpele al canciller, César Landa, por no asesorar debidamente al mandatario.
El ministro de Justicia, Félix Chero, comentó que “si alguien se siente golpista, se siente afectado” por el señalamiento de Castillo al peligro de golpe y añadió que el mandatario planteó respetar la institucionalidad democrática y los fueros del Ejecutivo y el Legislativo y dejar atrás la confrontación entre ambos.
Castillo recibió también ataques opositores por revalidar su apoyo a la soberanía argentina en las islas Malvinas y a la República Árabe Saharaui Democrática, pese al carácter histórico de esas posiciones del Estado peruano.
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