Testigos oculares indicaron a esa institución que el sábado un hombre entró a una taberna de la ciudad de Cascavel, en el sureño estado de Paraná, y preguntó quién votaría por Lula en las elecciones del domingo.
La víctima, de 39 años, respondió que lo haría y el agresor, de 59 años, lo acuchilló. El partidario del fundador y abanderado presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) murió en esa misma jornada en un centro hospitalario.
De acuerdo con un funcionario policial del estado de Ceará, citado por el diario O Globo, las graves lesiones causadas al seguidor del exdirigente obrero provocaron su muerte mientras recibía atención médica.
Previamente, la corporación del orden emitió un comunicado para indicar que el hombre resultó ultimado durante una discusión política y que el sospechoso está prófugo.
El pasado 10 julio también sacudió a la sociedad brasileña el crimen del guardia municipal Marcelo Arruda, cuando el policía penal federal Jorge Guaranho interrumpió a tiros la fiesta del cumpleaños 50 del miembro del PT (armado también) en la sede de la Asociación Deportiva Salud Física Itaipú, en Paraná.
Guaranho fue herido en el intercambio de disparos y recibió auxilios en un hospital de la localidad.
Imágenes de una cámara de seguridad registraron el momento en que ambos discutían fuera de la fiesta, antes que el bolsonarista (seguidor del mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro) matara a balazos al cajero petista.
Pese a que la Policía Civil de Paraná desestimó que pudiera haber motivación política en la muerte de Arruda, los partidos que componen el movimiento Vamos Juntos Por Brasil refutaron la violencia por parte de adeptos del exmilitar.
El homicidio resulta «el más reciente y trágico episodio de una escalada de violencia política en nuestro país», denunció en una nota la alianza liderada por el PT e integrada por los partidos Socialista Brasileño, Comunista de Brasil, Verde, Socialismo y Libertad, Rede de Sustentabilidad y Solidaridad.
Denunció que la violencia está estimulada «por las actitudes y el discurso de odio del actual presidente de la República contra todos los que de él divergen o le hacen oposición».
Brasil afronta la recta final de una convulsa campaña al sufragio del 2 de octubre, mientras Lula encabeza todas las encuestas de opinión hacia la justa, en la que ambiciona reelegirse Bolsonaro.
oda/ocs