A solos días de la justa comicial del 2 de octubre, el PL envió al TSE un relato realizado por un equipo técnico contratado para examinar el sistema de votación y cuestionó que «solo un grupo restricto de funcionarios y colaboradores» de la justicia electoral «controla todo el código-fuente de las urnas electrónicas».
Con el título Resultados de la Auditoría de Conformidad PL en el TSE, la organización política acusa a la corte de retraso en el proceso de conteo y describe, sin señalar como, la posibilidad de manipulación del resultado de la consulta.
Para el tribunal, el texto del PL «reúne informaciones fraudulentas y atentatorias al Estado Democrático de Derecho y al Poder Judicial, en especial a la Justicia Electoral, en claro intento de avergonzar y tumultuar el curso natural del proceso electoral».
La divulgación del contenido con ataques al método electivo se hizo el mismo día en que el presidente del PL, Valdemar Costa Neto, hizo gestos al juzgado, al afirmar que no hay «sala secreta» de conteo de votos, al contrario de lo que imputa Bolsonaro infundadamente.
El ministro Alexandre de Moraes, presidente del TSE, incluyó el informe en la investigación de las noticias falsas que se tramita en el Supremo Tribunal Federal que también conduce.
La víspera, el exmilitar volvió a criticar el sistema de votación electrónica.
También durante su encuentro con el excanciller paraguayo Rubén Ramírez, al frente de la misión internacional de observación de la Organización de Estados Americanos, el gobernante señaló preocupado que las urnas no se pueden auditar, porque técnicos y observadores «no pueden hacer nada» frente a una denuncia en un «caso hipotético de fraude».
Desde que las urnas electrónicas fueron implementadas, de forma parcial en 1996 y 1998, e íntegramente a partir de 2000, nunca hubo comprobación de anomalía en las elecciones brasileñas, incluso cuando los resultados fueron contestados.
La seguridad de la votación es constatada por el TSE, por el Ministerio Público Electoral y por estudios independientes.
El tribunal afirma que las máquinas electrónicas tienen más de 30 capas de seguridad «que hacen muy improbable el fraude en las elecciones».
Analistas alertan que con estas denuncias, Bolsonaro, quien ambiciona la reelección, pavimenta el camino hacia un golpe ante una casi cantada derrota, más aún cuando todos los sondeos lo ubican con marcada desventaja frente al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el aspirante del Partido de los Trabajadores favorito para ganar el domingo y retornar al poder. ga/ocs