El sondeo del Instituto Datafolha, su primero publicado tras la justa comicial del pasado domingo, coloca al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro con 44 por ciento de favoritismo.
La investigación señaló que en los votos válidos el candidato presidencial del Partido de los Trabajadores tiene el 53 por ciento y el abanderado del Partido Liberal, quien ambiciona reelegirse, un 47.
Para calcular las papeletas permitidas, se excluyen los blancos, nulos y los de electores que se declaran indecisos.
Tal procedimiento es el mismo utilizado por el Tribunal Electoral para divulgar el resultado oficial de la justa comicial que tendrá segundo turno el 30 de octubre.
Fueron entrevistadas dos mil 884 personas en 170 municipios. El margen de error es de dos puntos porcentuales, para más o menos, con índice de confianza del 95 por ciento.
En el segundo turno de simulación publicado por Datafolha, en víspera de la votación de la primera ronda, realizada el 2 de octubre, Lula tenía el 54 por ciento de las intenciones de voto y Bolsonaro un 38.
Recientemente, el senador Marcos do Val solicitó instalar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para analizar y determinar los sistemas de las encuestas de intención de voto por las principales empresas e institutos de Brasil.
El pedido afloró a raíz de los resultados en urnas de la primera vuelta que frustraron las predicciones de los sondeos de opinión y, en la evaluación de expertos, la cantidad de errores compromete la credibilidad de las firmas de pesquisas electivas.
Según el senador del partido Podemos, el objetivo de la CPI será medir las causas de las discrepancias entre los resultados de las indagaciones y los de urnas, observadas el domingo.
En la solicitud, Do Val afirma que, además de las variaciones entre los realizadores de las investigaciones, «se constata inaceptables desviaciones de balizamiento de preferencias y porcentajes de los diversos candidatos, incluso en evaluaciones de vísperas de los pleitos».
La demanda cita además los impactos de estas investigaciones en la formación del escenario político-electoral y en la decisión de voto por el elector.
En la primera ronda en urnas, Lula alcanzó un 48,43 por ciento de la preferencia del electorado (57 millones 258 mil 115 votos).
Resultó seguido por Bolsonaro, quien recibió 43,20 por ciento (51 millones 72 mil 345).
Ninguno de los aspirantes al poder logró la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación brasileña para ser electo.
jha/ocs