El vehículo despegó a las 09:50, hora local, del Centro Espacial Uchinoura en la prefectura de Kagoshima. Casi siete minutos después, JAXA ordenó su eliminación debido a problemas de seguridad en el vuelo.
Un funcionario de la agencia declaró que el comando de autodestrucción se emitió para evitar las graves consecuencias de la caída al suelo del cohete, el cual medía 26 metros de largo y pesaba 95,6 toneladas, reseñó el periódico JapanToday.
En su interior, la nave no tripulada portaba ocho satélites desarrollados por empresas privadas y universidades japonesas, con propósitos comerciales y de investigación respectivamente.
Entre los objetos que se pondrían en órbita figuraba KOSEN-2, planeado por varios centros tecnológicos del país para recopilar datos sobre la deformación de la corteza del fondo marino.
De acuerdo con la agencia Kyodo, la interrupción forzada del vuelo fue la primera de su tipo para los cohetes de combustible sólido de la serie Epsilon, con antecedentes de lanzamientos exitosos correspondientes a los cinco modelos anteriores.
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