Revertiremos casi todas las medidas fiscales anunciadas tres semanas atrás en el plan de crecimiento que no han iniciado el proceso de consultas en el Parlamento, adelantó Hunt en una breve declaración a la prensa, antes de comparecer en horas de la tarde ante la Cámara de los Comunes.
De acuerdo con el titular de Hacienda que reemplazó en el cargo al destituido Kwasi Kwarteng el viernes pasado, la ayuda monetaria otorgada al sector residencial y a la empresa privada para pagar las facturas de electricidad y gas durará hasta abril próximo, en lugar de los dos años inicialmente prometidos.
A partir de esa fecha, dijo, se analizará la forma de apoyar solo a quienes más lo necesitan.
También se desechará la rebaja del uno por ciento prevista para el impuesto sobre la renta, la venta libre de gravamen para los turistas extranjeros y el congelamiento de la tasa impositiva sobre las bebidas alcohólicas.
Según Hunt, quien prometió dar más detalles sobre los cambios en el llamado mini presupuesto durante su comparecencia ante el Parlamento, solo se mantendrán la abolición del recargo sobre la salud y la seguridad social y los cambios propuestos para los derechos de timbre.
El nuevo giro en U del Ejecutivo, que ya se había retractado de sus planes de reducir el impuesto sobre la renta a los ricos y de no aumentar el tributo a las corporaciones, busca calmar los mercados después del caos que generó el histórico reajuste fiscal anunciado el 23 de septiembre pasado.
La falta de detalles sobre el financiamiento de esas medidas y la desconfianza de los inversionistas ante el temor de que se dispare la deuda pública británica derrumbaron temporalmente la libra esterlina, y obligaron al Banco de Inglaterra a comprar apresuradamente los bonos del Estado para apuntalar a la divisa británica y estabilizar el mercado.
Para apaciguar a sus críticos, entre los que se cuentan un número cada vez mayor de diputados conservadores, Truss destituyó a Kwarteng, pero en opinión de analistas, sus días en el número 10 de Downing Street también están contados.
En una primera reacción a la declaración de Hunt, su contraparte en el llamado gabinete opositor y diputada laborista Rachel Reeve dijo que el daño ya está hecho.
Los conservadores perdieron toda credibilidad y no pueden brindar la confianza y la estabilidad que el ministro de Hacienda dijo que se necesita, remarcó.
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