En su lugar, Truss, quien este martes entregó las llaves del número 10 de Downing Street, dedicó su breve discurso a resaltar la ayuda que entregó a los consumidores del sector residencial y a las empresas para enfrentar el alza de la tarifa energética, y otros recortes impositivos.
La gobernante tuvo buen cuidado en mencionar, sin embargo, que el histórico recorte de impuestos con el que pretendía estimular el crecimiento económico y frenar la inflación desestabilizó el mercado financiero y hundió brevemente la libra esterlina, ante el temor de que se disparara la deuda pública británica.
En su lugar, Truss recordó que estaba al frente de la nación cuando falleció la reina Isabel II el 8 de septiembre pasado, y durante la proclamación del príncipe Carlos como nuevo monarca, y aprovechó para recabar más apoyo para Ucrania.
Tras sus breves palabras de despedida, la gobernante que reemplazó al también dimitente Boris Johnson el 6 de septiembre pasado, se trasladó al Palacio de Buckingham para informarle oficialmente que dejaba el cargo.
Truss será reemplazada, a su vez, por el exministro de Hacienda Rishi Sunak, quien la víspera fue proclamado como el nuevo líder del Partido Conservador sin tener que someterse a la votación de los diputados ni del resto de la membresía de la organización.
La ausencia de otros contendientes en el concurso interno de liderazgo abrió las puertas de Downing Street para Sunak, quien se convertirá en el tercer primer ministro del Reino Unido en los últimos tres años.
El flamante gobernante de 42 años y origen indio tomará posesión del cargo este martes, después que el rey Carlos III le otorgue el permiso de rigor para formar un nuevo gobierno.
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