El primer ministro interino, Claude Joseph, admitió que algunas preocupaciones expresadas por los ‘amigos internacionales’ son fundadas y legítimas, no obstante, reiteró que la consulta popular es un acto de soberanía.
‘Se trata esencialmente de los haitianos: son ellos los que deciden si quieren o no un referendo para cambiar la Constitución’, dijo Joseph en su primera conferencia de prensa desde que asumiera el cargo a mediados de abril.
El ejercicio previsto para el 27 de junio próximo, es blanco de numerosas críticas a lo interno, con un amplio grupo de opositores y plataformas sociales que acusan al Gobierno de intentar modificar la carta magna vigente de manera unilateral.
Incluso el partido que llevó a Moïse a la silla presidencial se desligó del referendo, al aludir que el mandatario no alcanzó un consenso mínimo para llevarlo a cabo, y el proyecto constitucional en discusión tiene tintes autocráticos.
Por su parte, la Oficina Integrada de Naciones Unidas expresó en un comunicado reciente sus preocupaciones en torno al proceso que, asegura, ‘no es lo suficientemente inclusivo, participativo o transparente’, y recomendó la participación de una gama más amplia de grupos políticos y sociales en su discusión, antes de votarlo en las urnas.
Ante las críticas, el también canciller afirmó este martes que Moïse inició un proceso de diálogo, porque ‘un referendo debe ser, efectivamente, un proceso inclusivo’.
Sin embargo, sectores de la oposición al frente de las protestas antigubernamentales, rechazaron participar en negociaciones con el gobierno, al cual califican de ilegítimo, pues aseguran que el mandato constitucional de Moïse venció el 7 de febrero.
En este contexto, las autoridades también convocaron a elecciones generales para renovar al personal político, legisladores y gobernadores locales, un proceso del cual también se desmarcaron las fuerzas contestatarias que promueven un Gobierno de transición para estabilizar el país.
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