En respuesta, el gobernador de Okayama, Ryuta Ibaraki, solicitó la ayuda del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca para prevenir la propagación de la enfermedad en los establecimientos avícolas, reseñó la prensa nacional.
Por su parte, el gobierno de Hokkaido ordenó el sacrificio de unas 170 mil aves de corral y prohibió el movimiento de pollos y huevos en un radio de tres kilómetros.
El gobernador de la norteña demarcación, Naomichi Suzuki, declaró en conferencia de prensa que trabajarán estrechamente junto a las organizaciones pertinentes y harán todo lo posible para aplicar con rapidez las medidas de cuarentena.
En medio de los temores, las autoridades niponas subrayan que la carne circulante, procedente de los lugares afectados, es apta para el consumo, por lo cual piden la tranquilidad de distribuidores y consumidores.
El secretario en jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, exigió a las administraciones locales de todo el país que implementen acciones de control de higiene en las granjas y se mantengan en alerta máxima.
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