El académico explicó que ese sistema también engendra desempleo e informalidad laboral y fue impuesto por la invasión de Estados Unidos en 1989, pero ahora se encuentra en una crisis estructural que alimentó las protestas multitudinarias de julio pasado contra el alto costo de la vida.
En opinión del investigador, existe una profunda crisis del Estado panameño y esta alcanza no solo al Ejecutivo y la Asamblea, sino también al Tribunal Electoral (TE).
Al respecto, mencionó las más recientes denuncias de fraude en la aplicación creada por vía internet para la recolección de firmas de respaldo a los precandidatos por libre postulación para comicios generales de 2024.
Los casos de corrupción, la falta de credibilidad en las instituciones políticas y la pauperización de la vida de la población, serían manifestaciones de esa crisis, agregó el sociólogo en declaraciones al diario La Estrella de Panamá.
También citó que en el caso del posible colapso del sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social –una olla de presión que a la fecha el gobierno no le ha dado respuesta–, se debe al alto nivel de informalidad como la génesis del problema, un fenómeno ligado en esencia a un modelo que reproduce plazas precarias e inestables.
El investigador afirmó que la Organización Internacional del Trabajo, contrario a lo que dicen los empresarios y medios de comunicación, señala que la causa de la crisis del programa de pensiones es la alta informalidad del empleo en Panamá.
El panorama actual, según su criterio, demanda que el modelo neoliberal sea sustituido por uno más inclusivo.
El director del Cifhu considera una salida viable a la crisis la redacción de una nueva carta magna por vía de una asamblea constituyente originaria, en la que puedan participar los sectores populares.
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