Según el Ejército surcoreano, sus cazas realizaron el lanzamiento guiado de tres misiles cerca de la parte occidental de la frontera marítima para “demostrar su determinación a ser duros ante las provocaciones de Corea del Norte”.
Anteriormente, Seúl sonó sirenas de alarma en la isla de Ulleung y ordenó la evacuación inmediata de los residentes en refugios subterráneos, pues uno de los 10 proyectiles lanzados por la RPDC este miércoles cayó muy próximo al área limítrofe y a 26 kilómetros de aguas internacionales.
Sus autoridades calificaron el hecho de «intolerable» y prometieron que no lo tolerarían.
Mientras, la RPDC dijo que “debido a las acciones de enfrentamiento militar de las fuerzas hostiles, se crea ahora una grave situación en la Península Coreana” y exigió el cese de los «juegos de guerra» de Corea del Sur y Estados Unidos, así como sus disparates provocativos.
El secretario del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Pak Jong Chon, catalogó a los ejercicios Vigilant Storm de “simulacro agresivo y provocativo que apunta a la RPDC tanto en el número de los aviones movilizados y su dimensión”.
Aseguró que Pyongyang se mantiene atenta y hará pagar “el precio más horrible en la historia” si Washington y Seúl utilizan armas en su contra.
El pasado 24 de octubre los ejércitos del Norte y el Sur intercambiaron disparos de advertencia en la frontera marítima occidental y también acusaciones sobre la entrada ilegal de embarcaciones a las aguas del otro lado.
Ese suceso y el de este miércoles empeoran más la situación de seguridad en la península, actualmente bajo creciente tensión por los ejercicios militares de Seúl y Estados Unidos, y las pruebas con misiles de Pyongyang.
Además, siembra mayor distancia entre las dos Coreas, aunque en abril pasado sus gobiernos hicieron votos por una mejoría de las relaciones bilaterales.
Tanto la desnuclearización como el acercamiento entre Seúl y Pyongyang quedaron en pausa a raíz de la fallida cumbre en Vietnam del líder norcoreano Kim Jong Un y el expresidente estadounidense Donald Trump en febrero de 2019.
Durante 2018 hubo importantes progresos en esos aspectos y destacó, en especial, que el Norte suspendió sus pruebas nucleares y balísticas, mientras el Sur la propaganda hostil.
Pero Pyongyang criticó la actitud ambigua de Seúl que se mostraba a favor de impulsar los nexos, sin incomodar a Estados Unidos ni levantar las sanciones unilaterales.
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