Luego de las dianas matutinas y la izada de la bandera en la Presidencia de la República, el jefe de Estado Laurentino Cortizo asistió a una misa que ofreció el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa.
Allí el prelado se refirió nuevamente a la continuidad de pláticas con organizaciones populares que protestaron en julio último contra el alto costo de la vida y afirmó que la Iglesia católica realiza esfuerzos por encontrar la figura del mediador de una segunda fase, cuyo comienzo ha sido postergado.
Ulloa señaló que solo de esa manera se podrían tomar decisiones “consensuadas” entre todos los sectores que contribuyan a mejorar la calidad de vida de quienes habitan en el país.
En el tedeum en la Catedral Basílica Santa María La Antigua, el líder religioso se refirió además a la actual crisis migratoria e indicó que esta no puede ser atendida de forma unilateral, sino que debe ser un trabajo en conjunto con los países hermanos para encontrar una salida humanitaria.
Al respecto, el mandatario panameño indicó que entre las más de 200 mil personas que han transitado por Panamá en lo que va de año con destino a Estados Unidos, se ha visto un reciente incremento de haitianos y ecuatorianos.
En diálogo con la prensa también resaltó que tanto el trabajo interinstitucional como el que se haga con otros países es fundamental y alabó acuerdos de los directores de Migración de Panamá, Costa Rica y Colombia, junto a funcionarios norteamericanos, reunidos en esta urbe, y que sostendrán un próximo encuentro el 9 de noviembre.
Una tenaz llovizna no opacó el inicio de los desfiles de bandas y otras agrupaciones escolares e independientes, cuyas coreografías y danzas típicas rindieron homenaje a los fundadores a lo largo de las céntricas calle 50 y la Cinta Costera, de manera simultánea.
El historiador Vladimir Berrios precisó a Prensa Latina que similares actos se trasladarán luego a la provincia de Colón y a Los Santos, para celebrar el inicio de la era republicana.
El sonido de las trompetas y el repicar de los tambores se mezclaron con el ruido de los comercios; y la insignia nacional se multiplicó en fachadas de edificios, en las instituciones y hasta en los autos para enviar mensajes de amor a la tierra natal, según participantes en los desfiles.
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