El mandatario trasmitió su desistimiento en una comunicación que firmó también el primer ministro, Aníbal Torres y que señala que decidí “cancelar mi solicitud de autorización de viaje” a Tailandia para participar en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec) a realizarse en Tailandia.
Lamentó además que su pedido de permiso para ausentarse del 14 al 21 de novimbre, planteado hace dos días, “no haya sido priorizado en el último pleno del Congreso de la República, lo cual perjudica la organización de la agenda presidencial”.
Agrega que “dicha acción dilatoria pone en riesgo la política exterior que es competencia constitucional de la Presidencia de la República”.
La solicitud de Castillo encontró resistencias del presidente opositor del parlamento, José Williams, quien adujo que el mandatario no debería ausentarse si el viaje coincidiera con la llegada de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que, a pedido del Gobierno, evaluará la crisis política actual con miras a una posible gestión de buenos oficios para distenderla.
El canciller, César Landa, advirtió ayer que la OEA propuso llegar el 20 de noviembre y la Cancillería planteó que desarrolle sus actividades los días 21 y 22, e informó que Castillo, de recibir autorización para el viaje, estaría de vuelta el 21 a primera hora para reunirse con la delegación.
Sin embargo, miembros de las bancadas de derecha extrema y sus aliados de centro pusieron otras objeciones, como la de sostener que el mandatario, un agricultor y maestro de escuela de origen humilde, no representa adecuadamente al país en el exterior.
El Legislativo se negó en agosto pasado a autorizar el viaje de Castillo a la toma de posesión del presidente de Colombia, Gustavo Petro, pero en septiembre le dio luz verde para viajar a Nueva York a participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Castillo pidió en octubre último al Congreso permiso para visitar El Vaticano invitado por el papa Francisco, así como Italia y Bélgica, el cual le fue denegado tras un debate en el que la mayoría opositora le reprochó que en su discurso en las Naciones Unidas se pronunciara contra cualquier modalidad de golpe de Estado, aparente alusión a los afanes de destituirlo.
También lo criticaron por respaldar a Argentina en su reivindicación soberana sobre las islas Malvinas, al pueblo saharaui en su lucha anticolonialista y a Palestino por la ocupación israelí de sus territorios, posiciones históricas de la política exterior peruana.
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