Anteriormente, dijo este sábado Ignatiev en el Canal Uno Pridnestrovski, la compañía Moldovagaz informó que a partir del 1 de noviembre reduciría el envío de gas ruso a ese territorio.
De un total de 5,7 millones de metros cúbicos de gas diarios suministrados por Gazprom, Moldavia recibirá 3,4 millones, y Transdniester, 2,3 millones de metros cúbicos, un 40 por ciento menos de combustible que en octubre.
Según Ignatiev, el fallo no radica en la ausencia del combustible, sino en la manera en la que Chisináu lo reparte.
El problema es que Moldavia se lo queda ilegalmente, y aunque Rusia suministre el combustible, Moldavia no lo enviará de todos modos.
Transdniester declaró el pasado 21 de octubre, debido a la reducción de los suministros de gas, el estado de emergencia económica, que luego se prolongó hasta el 1 de diciembre.
Esa situación provocó la imposibilidad de satisfacer de lleno la demanda de gas de las empresas industriales, de las que abastecen de calefacción los inmuebles y varios establecimientos, así como a los consumidores privados.
El citado territorio, donde el 60 por ciento de los habitantes son rusos y ucranianos, luchó por independizarse de Moldavia antes de la desintegración de la Unión Soviética, temiendo que esta se uniera a Rumanía, arrastrada por los ánimos nacionalistas del momento.
El desmoronamiento de la URSS empujó a varios distritos en la ribera oriental del Dniéster a proclamar la República Moldava de Transdniester en 1992.
Chisinau respondió con el envío de tropas a ese enclave rebelde, lo que provocó un conflicto armado que se prolongó por varios meses.
Actualmente Transdniester es un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un estado, incluida moneda propia.
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