El mandatario hablará este jueves en la ciudad de Lake Charles frente a un puente construido hace 70 años, que inicialmente se previó tuviera una vida útil de dos décadas, escenario que aprovechará para argumentar la necesidad de incrementar los impuestos corporativos como fuente de financiamiento a su proyecto.
El argumento principal de los republicanos para rechazar este llamado Plan de Empleos Estadounidenses radica precisamente en el acápite que prevé elevar la tasa tributaria corporativa del 21 al 28 por ciento y aumentar los impuestos sobre las ganancias extranjeras de las empresas estadounidenses.
Según el jefe de la Casa Blanca, esa sería la fuente más importante para dedicar hasta 115 mil millones de dólares a la reconstrucción de carreteras y puentes, entre otras erogaciones para reactivar la economía.
Expertos señalan que con sus intervenciones en Luisiana Biden desafía directamente a la oposición republicana que tiene en ese territorio uno de sus principales bastiones, y por tanto más seguidores de la idea de que los bajos impuestos para las corporaciones y los ricos impulsarán el crecimiento económico.
Desde hace varias semanas, el gobernante demócrata intenta vender su proyecto a los votantes, con la mira puesta en las elecciones de medio término en 2022.
Biden promete dedicar cientos de miles de millones de dólares más para mejorar la red eléctrica y el sistema de acueductos, reconstruir hogares y poner en marcha la fabricación de vehículos eléctricos.
Como parte de una contrapropuesta al plan de Biden, varios senadores republicanos están a favor de gastar 568 mil millones de dólares en infraestructura durante cinco años.
Esta es una pequeña fracción de lo que propone el presidente demócrata, y a la vez un indicio de las dificultades que se presentarán en las próximas semanas para llegar un consenso sobre el tema, destacan expertos citados por la agencia Associated Press.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, dijo que los republicanos preferirían financiar la infraestructura a través de tarifas a los usuarios, como peajes e impuestos a la gasolina, aunque se negó a especificar detalles al respecto.
Estamos abiertos a hacer un paquete de aproximadamente 600 mil millones, que trata con lo que todos estamos de acuerdo que es la infraestructura y hablar sobre cómo pagar por eso de otra manera que no sea reabrir el proyecto de ley de reforma tributaria de 2017, dijo McConnell el lunes en el Universidad de Louisville.
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