«No existe esa posibilidad, nadie va a creer un discurso golpista de alguien que perdió las elecciones (…) al presidente le toca reconocer su derrota y prepararse para dentro de unos años competir otra vez. Así es la forma democrática: respetar la decisión de la mayoría del pueblo brasileño», afirmó Lula ante la prensa.
Luego del descalabro en la votación, Bolsonaro mantuvo silencio por unas 72 horas y más tarde en una lapidaria arenga declinó felicitar a Lula, en medio de manifestaciones de sus partidarios, en particular de camioneros que bloquearon carreteras federales, en protesta por el resultado del referendo.
También otros seguidores del excapitán del Ejército se concentraron frente a cuarteles de las Fuerzas Armadas y demandaron una intervención militar.
Ante los actos, hubo una reacción de la policía y se abrieron las arterias, y por el momento se registran pocas movilizaciones antidemocráticas, como las calificó el timonel de la Justicia Electoral, Alexandre de Moraes, en algunas regiones.
También en el contacto con reporteros, Lula prometió que Brasil retornará a la normalidad.
«Me postulé con el compromiso de que es posible rescatar la ciudadanía del pueblo, recuperar la armonía entre los poderes, la normalidad de la convivencia entre las instituciones brasileñas, que fueron atacadas, violentadas por el lenguaje no siempre recomendable de algunas autoridades ligadas al Gobierno», en alusión a la administración de Bolsonaro.
Según el fundador del Partido de los Trabajadores, un jefe de Estado necesita tener la claridad que gobernará con las personas que fueron elegidas y otras que piensan diferente.
«Y nuestra obligación es intentar convencerlas de nuestras propuestas. Brasil no tiene más tiempo para los insultos y el odio», remarcó tras reunirse con ministros de la Corte Suprema y escuchar preocupaciones en las áreas de educación y medio ambiente.
Defendió en tal sentido la independencia de los poderes. «No es tarea del presidente de la República interferir en el funcionamiento de la Cámara (de Diputados) o el Senado», indicó.
En la jornada, Lula platicó asimismo con los titulares Arthur Lira, de la Cámara baja, y Rodrigo Pacheco, del Senado. Intercambió con ambos sobre el Presupuesto de la Unión 2023 para financiar Auxilio Brasil, programa de ayuda a familias necesitadas, de 600 reales (unos 117 dólares).
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