La leche materna contiene células inmunitarias como linfocitos, neutrófilos y macrófagos, lo que aumenta aún más la inmunidad, incluso frente al SARS-CoV-2, precisa el sitio nación farma.
Según la fuente, que cita a la revista Clinical Inmunology, en dicho alimento hay presencia de sustancias que impulsan el desarrollo y la maduración del sistema inmune, y protegen a los recién nacidos de los patógenos ambientales.
Ese primer líquido amarillento conocido como calostro, le aportará al recién nacido, un alto contenido de inmunoglobulinas que lo protegerán contra infecciones gastrointestinales y respiratorias, entre otras enfermedades.
Algunas investigaciones sugieren que sus compuestos intervienen en el desarrollo cerebral y cardiovascular y en la formación de la flora gastrointestinal o microbiota.
De ahí que la leche materna es una pieza clave en la nutrición de los niños, el funcionamiento de su metabolismo y el control a largo plazo de la obesidad.
agp/joe