El presidente Joe Biden, desde Phnom Penh (Cambodia), reaccionó a la victoria y aseguró estar “increíblemente complacido”, refiere el medio Politico.
Mientras, la asesora principal de la Casa Blanca, Anita Dunn, expresó a la cadena CNN, que “lograr el control del Senado tiene una enorme importancia para el poder judicial pero también significa un progreso continuo para las familias trabajadoras”.
Los últimos estados en dar a conocer los resultados de las elecciones fueron Arizona y Nevada, y en ambos triunfaron senadores demócratas, lo cual posicionó al partido del actual presidente Joe Biden en control de la cámara alta del Congreso.
Aunque las elecciones intermedias aún no han terminado, pues en Georgia se llevará a cabo una segunda vuelta el 6 de diciembre, el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris da mayoría a los demócratas, independientemente del resultado de diciembre.
El Partido Demócrata llegó a las elecciones intermedias en un entorno político marcado por la inflación altísima, las preocupaciones sobre el aumento de la delincuencia y los temores de una recesión económica inminente, según analistas.
Todo ello, unido a la sombría perspectiva histórica de que el partido en el poder casi siempre pierde terreno en las elecciones intermedias, amenazaba con barrer a los demócratas de sus dos mayorías en el Congreso.
La lucha por el control del Senado finalmente se centró en un puñado de estados en disputa, desde Pensilvania hasta Arizona.
Si bien los demócratas se encontraron jugando a la defensiva en lugares como Georgia, Nevada, New Hampshire y Arizona, también buscaron escaños ocupados por republicanos en Pensilvania, Wisconsin y Ohio.
El llamado a las urnas del 8 de noviembre redefinió el control del Congreso a partir de la decisión sobre 35 de los 100 escaños del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes.
A su vez, los estadounidenses votaron por el destino de 36 gobernaciones y una serie de puestos estatales fundamentales, desde secretarios de Estado hasta jueces del Tribunal Supremo, lo cual, sin dudas, influirá igualmente en el resto de la presidencia de Joe Biden.
Estas elecciones de medio término se consideran cruciales para los comicios presidenciales de 2024.
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