Durante la 19 Reunión Cumbre de las Partes (COP19) de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), el ministro de Ambiente, Milcíades Concepción recalcó que ese tipo de escualo es clave en el propósito de tener el 30 por ciento de los océanos protegidos, “porque lo importante es que exista la vida marina”, recalcó.
Concepción explicó que el tiburón “carnidae” tiene un rol similar al del jaguar en el bosque, protege el océano, de ahí el respaldo a la iniciativa entre las decenas de propuestas a la convención de Cites, al incluirlo en el Apéndice II, para regular el comercio y garantizar la sostenibilidad de la especie por medio de la trazabilidad y la legalidad.
También indicó que en 2021 el país amplió dos áreas marinas para alcanzar el 30 por ciento de la superficie marina con un tipo de protección y ahora aumentará a 50 por ciento.
Con ese fin el país ingresó otras especies de tiburón, como el martillo, en el apéndice II de Cites.
Entre otras acciones, Concepción mencionó la ley que reconoce los derechos de la naturaleza, recién aprobada, e instó a sus homólogos a que fomenten una normativa similar.
Junto a la de Costa Rica, la representación istmeña también propuso incluir a la rana cristal en el Apéndice I, ante la amenaza de su extinción.
Para la viceministra panameña de Ambiente, Diana Laguna, para proteger cualquier especie se requieren normativas nacionales, una sinergia entre los países para evitar su comercio, y sancionar al que no cumple.
Panamá está considerando crear un centro interinstitucional para proteger los océanos de la pesca ilegal y la contaminación a través de tecnología satelital y colaboración de los guardaparques, señaló.
Además señaló que lo más importante es hacer docencia en las comunidades. Proteger al tiburón, por ejemplo, significa resguardar los arrecifes donde llegan los peces, donde a su vez se desarrolla la actividad económica de la pesca, remarcó.
La COP19 se inauguró la víspera con mensajes claros acerca de la actual crisis planetaria como consecuencia del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.
Hasta el 25 de noviembre unos dos mil 500 representantes de 183 países debaten también la conservación del hipopótamo, el elefante, el rinoceronte y otras especies amenazadas en su existencia.
Los delegados al foro evalúan 52 propuestas de los Estados para enmendar los I y II apéndices de la Convención, sobre reglas de comercio de tiburones, reptiles, tortugas y otras especies silvestres amenazadas o que son fuente de riesgos sanitarios.
Además harán un balance de la lucha contra el fraude y votarán nuevas resoluciones, entre ellas sobre los riesgos de zoonosis (enfermedades transmitidas por animales a humanos), tema que cobró mayor importancia con la pandemia de la Covid-19.
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