La inesperada manifestación congregó a columnas de rondas campesinas (organizaciones de seguridad ciudadana) y comités de autodefensa -llegados del interior también a reclamar medidas gubernamentales a su favor-, así como seguidores del mandatario de barrios populares de Lima.
La demostración se registró cuando Castillo se encontraba en el Palacio Legislativo, en un diálogo con la mesa directiva del Congreso, una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que llegó a pedido del Gobierno a evaluar la crsis política con miras a una posible mediación.
Los manifestantes demandaron respeto a la voluntad popular que llevó a la presidencia a Castillo y exigieron que, por tanto, siga en el cargo hasta julio de 2026, cuando terminará el mandato de cinco años para el que fue elegido.
Un pequeño grupo opositor se acercó al lugar con consignas contra el jefe de Estado, y exigió que deje el Gobierno.
De otro lado, decenas de manifestantes de clases media y alta protestaron contra la misión de la OEA, en el exclusivo distrito de San Isidro, sin poder llegar al hotel que aloja a los visitantes, debido a las medidas de seguridad.
El grupo llevaba carteles con consignas anticomunistas contra la OEA, por el temor de la extrema derecha a que la organización, contra su historia contraria a los gobiernos progresistas y de apoyo a golpes de Estado, aporte a la estabilidad de la administración de Castillo.
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