De acuerdo con el periódico, ese será uno de los primeros pedidos de Lula en la conversación con los próximos comandantes generales de las Fuerzas Armadas, a ser confirmados por él.
Antes, incluso de los actos de vandalismo ocurridos en la noche del lunes en Brasilia, Lula compartió con aliados que trataría con los generales del plan de cerrar las aglomeraciones y campamentos en el entorno de las organizaciones militares, refiere la publicación.
La víspera, el fundador del Partido de los Trabajadores responsabilizó al derrotado mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro de incitar a actos violentos como los ocurridos en esta capital.
«Este ciudadano (Bolsonaro) hasta ahora no ha reconocido su derrota (en urnas), continúa alentando a los activistas fascistas que están en la calle», afirmó el exsindicalista en un evento de cierre de sus grupos de trabajo.
Comentó que el exmilitar recibió «ese personal en el Palacio de la Alvorada (residencia oficial), no sé cuál fue el daño hecho en el palacio, él tiene que saber que es un patrimonio público, es del pueblo brasileño, tenemos que tratar con cariño», apuntó.
Partidarios radicales de Bolsonaro intentaron invadir el lunes en la noche la sede de la policía en el Distrito Federal y agentes del orden dispararon gases lacrimógenos y balas de goma para dispersarlos.
Medios televisivos repiten en sus segmentos noticiosos como grupos de bolsonaristas (seguidores del excapitán del Ejército) atacaron a automóviles y ómnibus, los cuales luego incendiaron.
Los exaltados manifestantes fueron hasta el hotel donde Lula está hospedado, pero fuerzas de seguridad bloquearon la entrada.
Tales actos vandálicos comenzaron después que un indígena identificado como José Acácio Tserere Xavante fuera arrestado por su participación en hechos antidemocráticos.
El ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, ordenó la prisión temporal del nativo, por 10 días, al responder a un pedido de la Procuraduría General de la República, basada en la «presunta práctica de conductas ilícitas en actos antidemocráticos».
Llama la atención que los actos violentos ocurrieron en la jornada en que De Moraes, como timonel del Tribunal Superior Electoral, entregó a Lula el diploma que legitima su triunfo ante Bolsonaro en el referendo del 30 de octubre por voluntad expresa de la mayoría de los brasileños.
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