«Digo siempre que para cuidar del pueblo pobre hay que tener mucho corazón; la gente no cuida del pobre si se queda mirando datos estadísticos, si se queda mirando la política fiscal del gobierno, el presupuesto de la alcaldía, del Estado», afirmó Lula durante un evento de los recolectores de basura en Sao Paulo.
Insistió en que será un compromiso, «faltando 15 días para asumir la Presidencia, que vamos a dar una vida decente a aquel morador de calle (persona sin hogar) que vive abandonado en las calles de Sao Paulo».
Citó la desatención de los poderes públicos de la población, alcaldías, estados y la propia presidencia del país, en alusión al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro. Prometió además «intentar crear condiciones para que ustedes sean respetados en la profesión».
Recalcó que pretende crear una «solución definitiva» para la población de calle en el gigante suramericano.
Aseguró hacer lo que esté al alcance: cambiar decreto o elaborar ley para dar a «los recolectores la ciudadanía que merecen».
En su discurso, el exdirigente obrero reconoció que ese sector sufrió «falta de respeto y solidaridad» en los últimos años, pero él «creará las condiciones para que sean respetados en su función y en su profesión».
Dio su palabra que los pobres y quienes no tienen un hogar «no serán tratados como vagabundos, sino como personas que fueron abandonadas por los gobernantes».
Lula estuvo en el evento junto con su futuro ministro de Economía, Fernando Haddad, la próxima primera dama, Janja da Silva, y la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann.
Como abanderado del PT, el exsindicalista derrotó en la segunda vuelta de sufragio del 30 de octubre a Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal. El gobernante electo asumirá el poder el 1 de enero.
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