Durante la ceremonia a bordo del buque conocido como unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FRSU), bautizada como Hoegh Esperanza, el canciller Olaf Scholz dijo que el objetivo “es compensar completamente la pérdida de gas ruso este año y el que viene».
En función de ello, la terminal, ya cargada con gas de Nigeria que puede abastecer 50 mil hogares durante un año, empezará el suministro el 22 de diciembre.
El mandatario agregó que la construcción de nuevas terminales de GNL -la primera de ellas en tiempo récord- debe seguir adelante y también el acuerdo de nuevos contratos de suministro para el futuro.
El país europeo planea la apertura de otras cuatro terminales de GNL financiadas por el gobierno y una infraestructura privada en los próximos meses, que suministrarán 30 mil millones de metros cúbicos de gas cada año a partir de 2023.
Las instalaciones, que generarán un tercio de las necesidades totales en Alemania de concretarse, permitirán la importación por mar de gas natural que ha sido enfriado y condensarlo en líquido para facilitar su transporte.
Hasta ahora, el país no disponía de ellas y un 55 por ciento de su suministro dependía del gas barato enviado por gasoductos desde Rusia.
Pero el conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas al gigante euroasiático desde Occidente obligaron a Berlín a recurrir a GNL procesado en puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos, pagando una prima por costes de transporte.
No obstante, expertos alertan que el gobierno alemán no ha firmado ningún contrato importante a largo plazo para asegurar el abastecimiento de estas terminales a partir de enero.
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