Durante el debate sobre los Presupuestos Generales de 2023, el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, informó que la medida en cuestión costará alrededor de 650 millones de euros y se aplicará a todas las compras de alimentos, independientemente de si se realizan en grandes establecimientos o comercios pequeños.
Explicó que su financiamiento provendrá íntegramente de la tasa aplicada por el gobierno a los beneficios extraordinarios obtenidos por las refinerías gracias al encarecimiento de los combustibles.
La decisión anunciada este fin de semana constituye la segunda iniciativa aprobada por ese país europeo para frenar el impacto de la inflación en la compra de alimentos. En noviembre, el Ejecutivo impuso un tope flexible al precio de 51 productos básicos en las principales cadenas de supermercados.
Según explicaron las autoridades griegas, los Presupuestos Generales, aprobados con la mayoría absoluta de la conservadora Nueva Democracia, contemplan ingresos por un total de 62 mil 139 millones de euros (60 mil 359 millones en 2022) y gastos por valor de 69 mil 945 millones de euros (71 mil 802 millones en 2022).
Se diseñaron para un contexto marcado por una ralentización visible del crecimiento económico. De acuerdo a los cálculos del Ministerio de Finanzas, el Producto Interno Bruto (PIB) cumplirá el incremento previsto para 2022 del 5,6 por ciento, pero solo aumentará un 1,8 por ciento en 2023.
jha/att