Adoptado por 196 países participantes en el evento, el objetivo del acuerdo es conservar al menos el 30 por ciento de la tierra, agua dulce y océanos del mundo, además respeta los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales y reconoce las contribuciones de estos en el objetivo de esa meta.
“Acordar un objetivo mundial común que guiará la acción colectiva e inmediata para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 es una proeza excepcional para aquellos que han negociado el Marco Global de Biodiversidad y una victoria para las personas y el planeta”, dijo Marco Lambertini, director general del Fondo.
Añadió que envía una señal clara y debe ser el lanzamiento para la acción de gobiernos, empresas y sociedades hacia un mundo con la naturaleza en positivo, en apoyo de la acción climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En su opinión el acuerdo “representa un hito importante para la conservación de nuestro mundo natural, y la biodiversidad nunca ha estado en un lugar tan alto en la agenda política y empresarial, pero puede verse socavado por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos”, apuntó.
Resaltó que también carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos.
Alertó que ahora hay que ver la implementación inmediata de este acuerdo, sin excusas ni retrasos: la naturaleza y todos los que dependemos de ella para nuestro sustento, economía y bienestar hemos estado esperando demasiado, ya es hora que la naturaleza prospere de nuevo, significó.
Uno de los temas más conflictivos en las negociaciones fue el paquete de financiación para ayudar a los esfuerzos de conservación mundial, particularmente en los países en desarrollo.
Por eso el Fondo celebró el compromiso de los gobiernos de eliminar los subsidios perjudiciales para la naturaleza y de aumentar, sustancial y progresivamente, el nivel de los recursos financieros de todas las fuentes en 2030, movilizando al menos 200 mil millones de dólares por año.
Según el organismo, será esencial que los países cumplan con el acuerdo, lo que incluye traducirlo a ambiciosos planes nacionales y políticas proporcionales con la escala de la crisis de la naturaleza.
Los países deben actualizar sus estrategias nacionales de biodiversidad y los planes de acción para alinearlos con el objetivo mundial de revertir la pérdida de biodiversidad para 2030, subrayaron los expertos.
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