Los choques comenzaron cuando un grupo se opuso a una marcha contra el alcalde de Beirut, el gobernador y la corrupción.
Uno de los participantes en la protesta preguntó por qué esos presuntos partidarios del primer ministro interino, Saad Hariri, rechazaban la manifestación.
¿No son también pobres? ¿Pueden retirar dinero del banco?, preguntó.
La policía antidisturbios separó a las partes y efectivos del Ejército también se colocaron en el medio de los dos bandos que establecieron un duelo con lanzamientos de piedras y botellas.
El puente del Anillo que separa este de oeste de la capital, estuvo cerrado al tráfico por la quema de neumáticos y otros objetos.
En la localidad de Bedawi, los sublevados arrojaron piedras y cócteles molotov a los uniformados como resultado de lo cual 14 soldados resultaron heridos y ocho personas fueron arrestadas.
Mientras, en la nororiental ciudad de Baalbeck, una multitud irrumpió en la sucursal de la compañía Electricite Du Liban en protesta por el aumento de cortes de electricidad durante los últimos días.
Las protestas en El Líbano arrancaron el 17 de octubre último y no ceden en energía, pese a que es notoria la presencia de agendas diferentes a los orígenes de la sublevación popular que iba contra toda la clase dominante a la que achacan el deterioro económico y financiero del país.
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