“Estamos trabajando arduamente para que nuestros embajadores en esos países, llamados en consulta (fuerte gesto diplomático de desagrado), puedan regresar” a sus sedes, dijo la mandataria en una conferencia con la prensa extranjera.
Las relaciones de Perú con esos países se vieron afectadas por discrepancias en torno al abrupto cambio de gobierno del 7 de diciembre pasado, cuando el presidente Pedro Castillo fue destituido y encarcelado por intentar la disolución del Parlamento opositor de su administración.
Boluarte se refirió tácitamente a esos gobiernos al señalar que “algunos países han interpretado de manera errónea el caso de Castillo”.
Insistió en ratificar la versión oficial de lo sucedido, al afirmar que hubo un resquebrajamiento del orden constitucional porque Castillo intentó un golpe de Estado al anunciar la disolución del Parlamento, sin lograrlo; ante lo cual fue destituido y encarcelado.
La jefa de Estado atribuyo también a lo que llamó manipulación informativa de quienes, según dijo, azuzaron las protestas populares que exigen su renuncia, diciéndole al pueblo que “Dina ha dado un golpe de Estado”. Añadió que ello “no ha movido ni una pestaña” para lo que sucedió con el expresidente y, por el contrario, le aconsejó como vicepresidencia que no tome decisiones de confrontación con el Parlamento que, sostuvo, llevaron al desenlace del 7 de diciembre.
Según la presidenta, quienes aconsejaron en sentido contrario a Castillo deben responder por ello. “Yo no soy responsable de lo que ha pasado” con el expresidente, sostuvo al anunciar que viajará a informar en esos términos a regiones andinas en pie de lucha.
Sobre la demanda social de su renuncia, sostuvo que declinar no solucionaría nada y dijo confiar en la constitucionalidad de su ascenso a la presidencia.
Añadió a ello la búsqueda del diálogo con las fuerzas políticas, principalmente con el Congreso conservador, para llegar al final de su mandato en julio de 2024, pese a reconocer el contexto de ser la séptima presidenta de Perú en seis años.
“¿Qué resolvería mi renuncia? Estaríamos generando una anarquía en el país”, dijo, y argumentó que en tal caso asumiría la presidencia el titular del Congreso, José Williams, tras lo cual expresó que “la población sabe la calificación y la puntuación que tiene el Congreso”, en referencia al 82 por ciento que desaprueba al Legislativo, según una reciente encuesta.
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