“No me va a temblar la mano para defender a mi distrito. Me he reunido con mi comité jurídico y tenemos muchas salidas legales”, afirmó Bazán, recién elegido alcalde del próspero municipio que levantó la valla que recorre la cresta de una elevación a lo largo de 4,5 kilómetros, conocida como “muro de la vergüenza”, en el límite con el modesto municipio de Villa María del Triunfo.
Bazán, como la mayoría de los alcaldes de barrios opulentos de la ciudad, fue elegido por el partido de derecha extrema Renovación Popular, en los comicios de noviembre pasado, en los cuales su líder, Rafael López-Aliaga ganó ajustadamente la Alcaldía de Lima con una flamígera campaña anticomunista.
El alcalde de La Molina, como todos los demás, asumirá funciones el 2 enero y adelantó que defenderá el muro repudiado por racista y discriminador, así como por atentar contra el libre tránsito entre uno y otro lado de la cerca infame.
Uceda afirmó que puede revertir el fallo con el argumento de que el muro no segrega ni discrimina porque fue construido para impedir que su lado de la colina sea invadido por traficantes de terrenos, como se refiere al problema de las ocupaciones de terrenos públicos por pobladores carentes de vivienda.
Alegó que el municipio construyó el muro para proteger su lado de la colina que está reservado para establecer allí un parque ecológico, aunque no explica por qué el parque no ha sido instalado.
Lo que no toma en cuenta el alcalde es que el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que ordenó echar abajo el muro, coronado por una cerca de alambre de púas, es definitivo, inapelable y no puede ser anulado ni siquiera por el mismo TC.
El fallo fue resultado de un hábeas corpus presentado por un vecino de Villa María del Triunfo que tuvo que esperar cuatro años para que el Tribunal Constitucional dictamine que “no solo es un atentado a la libertad de tránsito, sino, sobre todo, es un muro discriminatorio porque divide dos clases sociales y eso es inadmisible” en una sociedad moderna, según el juez del TC Gustavo Gutiérrez Ticse.
El muro, erigido entre el exclusivo barrio Las Praderas, de La Molina, y el asentamiento humano (barrio precario) de La Florida, en Villa María del Triunfo, fue construido entre 2011 y 2013 y entonces invocó la necesidad de dar seguridad a Las Praderas.
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