En Lima, la movilización recorrió varios kilómetros de la zona céntrica y se notó además la participación de algunos congresistas de la citada tendencia, así como militares y policías en retiro.
El recorrido culminó en la plaza San Martín, que desde el cambio de Gobierno es resguardada por numerosos policías que impiden el acceso de grupos progresistas que desde hace años se reúnen allí.
La denominada “Marcha por la Paz” se reprodujo también en algunas ciudades del interior y tenía el objetivo declarado de promover la paz y la no violencia, tras protestas de varios días iniciadas tras la destitución y encarcelamiento del presidente Pedro Castillo, el 7 de diciembre último.
Los manifestantes incluyeron lemas que ligan las protestas sociales, a reiniciarse mañana, con el terrorismo, en la línea de los partidos de extrema derecha y las fuentes policiales.
La marcha en la capital registró un incidente cuando tres activistas de izquierda, Zaira Arias, Mirtha Pecho y Cristian Abanto, recordaron las vidas perdidas en las protestas lanzando pintura roja a manifestantes y policías.
Arias se resistió al arresto al punto de que fue necesario que varios policías la inmovilizaran de pies y manos y cuatro de ellos la llevaran hasta una cercana comisaría.
La promoción de la marcha por la Policía, por redes de Internet, fue denunciada por diversos juristas como una violación constitucional, pues la carta magna prohíbe a policías y militares en actividad involucrarse en manifestaciones callejeras, ante lo cual el Ministerio del Interior dispuso retirar ese apoyo.
La Policía alegó que solo cumplía su deber de procurar la paz de la población sin incurrir en actividades políticas, pero la prensa reveló órdenes secretas que dejaron en claro que era una actividad contra las protestas y consignan la disposición de que los agentes en día libre participen en la movilización vestidos de paisano.
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