De manera similar a lo acontecido el pasado martes, el aspirante de la tolda identificada con el color rojo no pudo alcanzar la víspera los 218 votos requeridos para erigirse como vocero de esa instancia legislativa.
Sus aspiraciones se vieron frustradas cuando la facción republicana disidente boicoteó una y otra vez la sesión al preferir a otro miembro del partido, como ocurrió con el caso del representante Byron Donalds.
En suma, un grupo de 20 ultraconservadores impidió en seis ocasiones ganar el mazo a McCarthy, quien hasta diciembre pasado se desempeñó como líder de la minoría en ese órgano.
De nada valieron las súplicas realizadas allí por los republicanos, e incluso fueron ignorados los reclamos difundidos por el expresidente Donald Trump (2017-2021) de poner fin al desacuerdo.
Por su parte, y en idéntica forma a como lo hicieron el martes, la bancada demócrata dio el miércoles su respaldo unánime a Hakeem Jeffries, de Nueva York.
Tras la última de las rondas de votación celebrada la víspera, McCarthy se reunió a puertas cerradas durante tres horas con algunos de sus aliados más cercanos y también con miembros de la oposición para tratar de llegar a un acuerdo, pero al parecer poco lograron.
«Creo que probablemente sea mejor dejar que la gente trabaje un poco más. No creo que una votación esta noche haga ninguna diferencia, pero creo que la votación en el futuro lo hará», dijo el aspirante a líder después del encuentro.
No obstante, añadió que se lograron avances en las negociaciones con aquellos opuestos a su candidatura a presidente.
Acorde con analistas, para ganar el apoyo que necesita, McCarthy deberá hacer concesiones y la gran pregunta, según arguyen, es a qué debe renunciar para sumar a sus oponentes, y si existe algo capaz de hacerlos ceder a todos.
Con los republicanos aferrándose a una ligera mayoría (tienen 222 escaños, frente a los 212 de los demócratas), el candidato republicano solo puede darse el lujo de perder a cuatro de sus correligionarios para ganar el martillo.
Sin embargo, las declaraciones de algunos congresistas citados por el diario The Hill, plantean la posibilidad de que el camino por delante sea aún escabroso.
El representante Andy Biggs, quien compitió asimismo por la nominación a líder, sugirió antes que el avance en las conversaciones podría resultar poco beneficioso para el candidato de la mayoría.
“Siento que el progreso seguirá nuestro camino”, opinó.
El legislador Ralph Norman, por su parte, reconoció el trabajo desplegado por McCarthy, pero tiene objeciones con respecto a sus ideas sobre el manejo del gasto público.
Según The Hill, Norman desconfía del aspirante para mantener la línea conservadora en las luchas que se avecinan con el presidente de la nación Joe Biden por la financiación federal.
Esta es la primera ocasión en un siglo que la designación del líder requiere de múltiples papeletas y los observadores califican la situación como caótica pues mientras la silla del presidente permanece desierta ningún otro asunto tendrá lugar en la Cámara de Representantes.
A juzgar por su accidentado inicio, observadores vaticinan entonces un desempeño errático para esa instancia legislativa en el futuro.
A propósito, el mandatario del país dijo ayer a periodistas fuera de la Casa Blanca que el bloqueo en ese órgano no era su “problema”, y calificó la situación como una vergüenza nacional.
Finalmente, tras otro día estéril, la Cámara acordó volver a reunirse hoy a mediodía.
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