Ello podrá obedecer a buenos resultados de los sectores de la minería, la construcción, la agricultura y la vivienda, expresó en entrevista exclusiva al diario The Herald.
Este año, dijo, proyectamos que el crecimiento económico global se modere a 2,7 por ciento, por debajo del 3,2 por ciento del pasado, pero Zimbabwe confía en los fuertes precios de los minerales, entre otros factores, para lograr un crecimiento económico de 3,8 por ciento.
De esa manera, manifestó, podríamos superar significativamente el promedio mundial y estar entre los líderes africanos.
Acorde con el presidente Emmerson Mnangagwa, el gobierno de Zimbabwe es consciente de los riesgos para el país, como las limitaciones de generación de energía, los patrones de lluvia potencialmente desiguales, así como las incertidumbres económicas globales.
Sin embargo, agregó el mandatario, “somos optimistas de que lograremos los objetivos macroeconómicos de 2023 como se describe en el Presupuesto Nacional, ya que el Gobierno está implementando medidas de mitigación para garantizar que la economía se mantenga en la trayectoria deseada.
El enfoque para este año, reveló Mnangagwa, es continuar la transformación económica nacional mediante la modernización, la industrialización y el crecimiento hacia el logro de la Visión 2030 (que requiere de tasas de crecimiento anual estables por encima del cinco por ciento) de una sociedad próspera y empoderada de ingresos medios altos.
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