Nuestro equipo de expertos no asistirá a la reunión porque aún no ha completado las consultas internas con las partes interesadas para confirmar nuestra posición o corregirla, si fuera necesario, declaró el Ministerio de Agua, Riego y Energía.
Por medio de un comunicado divulgado en esta capital, esa administración etíope informó que envió una carta al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, en la cual explica las razones por las cuales decidieron faltar al encuentro.
Desde noviembre último, Etiopía, Sudán y Egipto negocian con mayor intensidad las normas de llenado y utilización de la GERD, con la presencia de Mnuchin, y el presidente del Banco Mundial, David Malpass, en calidad de observadores.
Aunque hay tenues avances en varios aspectos técnicos, las discrepancias continúan sin solución y a principios de febrero las tres naciones acordaron en la capital estadounidense continuar las consultas y los diálogos hasta llegar a un acuerdo final.
Desde 2011, en la región de Benishangul-Gumuz comenzó la construcción de la represa, megaproyecto hidroeléctrico de Etiopía que causó diferencias principalmente entre las autoridades egipcias y etíopes, las cuales iniciaron negociaciones en 2014 junto con Sudán para convenir cómo explotarla.
Varios detalles causan el disenso, pero hasta ahora la principal divergencia es respecto al tiempo de llenado del embalse, pues Egipto solicita que se haga en un período de 12 a 21 años, y Etiopía contempla cumplir ese proceso durante los próximos siete años.
La ejecución de la obra, según fuentes oficiales, marcha a un 70 por ciento y, una vez finalizada, generará seis mil megawatts -equivalente a seis centrales nucleares-, cifra que la convertirá en la más potente de África.
De acuerdo a la proyección estatal, el llenado empezará a finales de 2020 y en 2023 será terminada esa presa sobre el Nilo Azul, río que nace en Etiopía y discurre por Sudán, donde se une con el Nilo Blanco para formar el Nilo.
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