El religioso vive en la ciudad puneña de Juliaca, donde hizo un llamado a la pacificación y el diálogo ante las primeras muertes, ayer, de un total de 18 registradas hasta hoy en la ciudad puneña.
“Pero la única manera de que el país se pacifique es que renuncie la presidenta Dina Boluarte”, y después debe haber nuevas elecciones y una nueva constitución, que son otras demandas de las demostraciones antigubernamentales, dijo a sus fieles Béjar.
Sus declaraciones dieron lugar a ataques de medios de prensa derechistas que lo acusan de intromisión en política peruana impedido para ello como extranjero, aunque hace 26 años que el prelado vive en Juliaca, donde ha decidido quedarse para siempre.
Al referirse a la crisis peruana, indicó que “los grupos de poder son nefastos, disgregan a la sociedad por sus propios intereses”.
Rechazó también los ataques de la extrema derecha contra el expresidente boliviano Evo Morales, a quien elogió como un referente latinoamericano.
De otro lado, la Conferencia Episcopal Católica, emitió un comunicado en el que afirma que “reprobamos profundamente la muerte de los compatriotas” y los heridos en el contexto de enfrentamientos durante las protestas ciudadanas.
Atribuye las vidas perdidas por un lado, «como consecuencia de desnaturalizar el derecho a la protesta, recurriendo a la ilegalidad; y, por otro, por el uso desmedido de la fuerza”, que condena en ambos casos y llama a individualizar pronto a los responsables.
“Invocamos al Gobierno a detener, urgentemente, la violencia y las muertes, vengan de donde vengan; al Ministerio Público y al Poder Judicial a investigarlas y sancionarlas; y al Congreso,a tomar las decisiones que exigen la coyuntura y la paz social”, señalan las autoridades de la Iglesia Católica.
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