Mientras, la población de la ciudad surandina de Juliaca convirtió el cortejo fúnebre de 17 civiles caídos el lunes último, en una masiva marcha que demandó la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, entre otros reclamos de cambios políticos.
En Juliaca rige el toque de queda nocturno decretado por tres días por el Gobierno, que declaró el día de hoy duelo nacional por los caídos en la protesta, aunque dejó el problema en manos de la Policía y, en segunda línea, las Fuerzas Armadas.
En la también surandina ciudad de Cusco, el aeropuerto lugareño fue mantenido bajo asedio por manifestantes, en su mayoría jóvenes, hasta avanzada la noche.
La Policía impidió que se acerquen a la terminal aérea y el saldo hasta pasado el mediodía era de seis agentes y seis manifestantes heridos y otros seis civiles detenidos.
En Tacna, región ubicada en el extremo sur del país, los descontentos quemaron dos casetas de peaje de una carretera y bloquearon la vía Panamericana, que recorre toda la costa peruana y en la capital regionl, del mismo nombre,
En Huanta, en la región surandina de Ayacucho, cumplió su segundo día de un paro de 48 horas y una concurrida marcha se solidarizó con el pueblo de Juliaca y exigió la renuncia de Boluarte y más al sur, en Apurímac, la provincia de Anahuaylas paralizó labores y realizó marchas de protesta.
En la sureña Arequipa, segunda ciudad del país, se mantiene bloqueada por tercer día la carretera Panamericana Sur y por la tarde grupos de manifestantes bloqueó la salida a Cusco y Puno.
En la región noramazónica de San Martín se establecieron también puntos de bloqueo.
La Superintendencia de Transporte Terrestre (Sutran), que monitorea las protestas, reportó hoy 68 puntos de bloqueo de carreteras, y el monitoreo de protestas de la Defensoría del Pueblo arrojó 30 marchas, huelgas y plantones en un total de diez regiones.
En la provincia norandina de Chota, un primer grupo de integrantes de las Rondas Campesinas (organizaciones populares de seguridad ciudadana) partieron a Lima para participar en protestas en la conservadora capital.
En Puno, Apurímac, Ayacucho y otros puntos del país grupos campesinos y urbanos se aprestan a movilizarse a Lima con el mismo fin y el primer ministro, Alberto Otárola, afirmó que el Gobierno no permitirá lo que anticipadamente calificó como asonada contra la ciudad.
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