A principios de semana el presidente ruandés, Paul Kagame, declaró ante el parlamento que su país “no puede soportar más la carga” que representan los miles de refugiados que huyen de los combates entre el Ejército de la RDC y el Movimiento 23 de Marzo (M23).
Esto (la decisión ruandesa) es prueba de que los derechos humanon carecen de valor para el presidente ruandés, afirmó el portavoz gubernamental congolés Patrick Muyaya, quien además acusó al mandatario de “chantajear a la comunidad internacional utilizando vidas humanas”.
Añadió que la decisión es “inhumana” y calificó la decisión de Kagame de “colmo de la indecencia”.
Informes de un panel de expertos designado por la ONU y las autoridades de la RDC afirman que el M23, integrado miembros de la etnia tutsi, recibe apoyo logístico y asesoría de Ruanda, cuyo gobierno refuta la alegación y retó a presentar evidencias tangibles.
Las autoridades de la RDC afirmaron semanas atrás que con su apoyo al M23 Ruanda trata de crear el caos en el oriente de su territorio crear la anarquía y, así, adueñarse de los vastos recursos minerales de la zona.
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