Los investigadores encontraron que «las áreas con los efectos menos favorables en la esperanza de vida se concentran en el sur profundo y el suroeste».
Mientras, residir en zonas costeras parece ser bueno para la longevidad porque seis de las 10 principales áreas metropolitanas para tener una existencia más duradera se encuentran en California o Florida.
De hecho, los datos demuestran que las personas nacidas en la localidad de Bridgeport, Connecticut, pueden esperar vivir alrededor de 83 años en promedio, y los nativos de Jackson, Mississippi, tienen una vida 8,6 años más corta.
El estudio analizó 119 urbes con poblaciones de 250 mil personas y coincidió con otro sondeo anterior que conecta la ubicación con la longevidad.
Investigadores de la universidad de Stanford descubrieron que mudarse al noreste, California y partes de Florida, incluso después de los 65 años, podría aumentar la esperanza de vida restante de las personas hasta en 5,0 por ciento.
En tanto, las ciudades con mejor expectativas son: Bridgeport, San Francisco, Los Angeles, New York y Honolulu (Hawai).
Este análisis se da a conocer en medio de la reducción por segundo año consecutivo de la esperanza de vida a nivel general en Estados Unidos, a causa de las sobredosis de opioides sintéticos y la Covid-19, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La expectativa decreció de 77 años a 76,4 años, lo que sitúa las estadísticas al mismo nivel que en 1996.
Cada grupo de edad en la nación experimentó el mismo declive, incluidas las mujeres, cuyas vidas suelen prolongarse hasta los 79,9 años, seis más que la de los hombres.
Casi todos los grupos raciales también tuvieron un aumento en las tasas de mortalidad, excepto los hombres asiáticos, no hispanos y los negros no hispanos, que registraron una ligera disminución.
Entre las principales causas de muerte se encuentran las enfermedades cardíacas, seguidas por el cáncer y la Covid-19, que se cobró casi 417 mil vidas el año pasado, un aumento del 18,8 por ciento desde 2020.
Los fallecimientos por sobredosis de drogas también se acrecentaron en las últimas dos décadas en Estados Unidos, informaron los CDC.
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