Trabajamos duro para verter cuatro mil 900 millones de metros cúbicos de agua, declaró a medios de comunicación locales Gedion Asfaw, miembro del equipo etíope que participa en las negociaciones con Egipto y Sudán para convenir cómo explotar el embalse.
La preparación marcha bien, cuando logremos almacenar esa cantidad completaremos la primera fase del proceso y entonces podrían comenzar a funcionar dos turbinas, explicó Asfaw.
Un año después, añadió, la represa debe acumular unos 13 mil 500 millones de metros cúbicos y todas las turbinas funcionarán cuando alcance la cifra de 18 mil 400 millones de metros cúbicos.
Varios funcionarios del Ministerio declararon durante los últimos meses que el llenado del embalse comenzaría la próxima temporada de lluvias (de junio a agosto generalmente), pero ahora el gabinete fijó un mes, julio, para iniciar el proceso.
Edificada en la región de Benishangul-Gumuz sobre el Nilo Azul, principal afluente del río Nilo, la GERD es considerada aquí símbolo de soberanía y unidad, y cimiento del desarrollo del país.
Desde el inicio de su construcción sobrevinieron diferencias principalmente entre Etiopía y Egipto, cuyas autoridades decidieron en 2014 iniciar negociaciones, junto con Sudán, para lograr un acuerdo que satisfaga a las tres partes.
El principal disenso, patente aún, es respecto al llenado, pues la parte egipcia solicita que se haga en un período de 12 a 21 años y la etíope proyecta hacerlo entre cuatro y siete años.
De acuerdo con informes del Ministro de Agua, Riego y Energía etíope, ese proceso será ejecutado gradualmente sin perjudicar los embalses de Egipto y Sudán, y acorde con el convenio trilateral que permite llenar la presa desde julio de 2020.
La última ronda de negociaciones fue realizada a finales de febrero pasado en Washington, Estados Unidos, y desde entonces están paralizadas las conversaciones tripartitas acerca de la hidroeléctrica, que llegará a generar seis mil megawatts y será la más potente de África.
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