La Sección de Evaluación de Amenazas de la agencia investigó siete mil 501 de estos casos en 2022, donde se incluyen intimidaciones directas y declaraciones preocupantes, añadió la fuente, lo que representa una caída de los nueve mil 625 reportes en 2021, y de los ocho mil 613 en 2020.
“Las amenazas contra los miembros del Congreso siguen siendo demasiado altas. Esto ha resultado en una expansión necesaria, no solo de nuestras capacidades de investigación, sino también de nuestras responsabilidades de protección”, afirmó citado por el diario The Hill.
En 2021, la Policía del Capitolio abrió nuevas oficinas de campo en Florida y California porque esos dos estados tenían la mayor cantidad de casos de amedrentamiento contra los legisladores, apuntó la agencia.
Agregó que todos los miembros del Congreso recibieron “amenazas y declaraciones preocupantes” y que tanto los republicanos como los demócratas recibieron un número similar de intimidaciones.
Las estadísticas se publican en coincidencia con el arresto de un candidato fallido a la Cámara de Representantes por el estado de Nuevo México, Estados Unidos, por ser supuestamente responsable de una serie de agresiones a las casas de líderes demócratas.
El republicano Solomon Peña está acusado de conspirar y pagar a cuatro hombres para que llevaran a cabo cuatro tiroteos sin lesiones en las casas del área de Albuquerque de dos comisionados del condado de Bernalillo y dos legisladores estatales, detalló en un comunicado la policía.
Según alertó recientemente el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la radicalización de las ideologías de derecha es la principal amenaza terrorista del país.
Un artículo divulgado por The New York Times acotó que de los más de 440 asesinatos ejecutados por extremistas en la última década, más del 75 por ciento fueron cometidos por ultraconservadores, supremacistas blancos o fanáticos antigubernamentales.
ro/ifs