Luego de un programa profesional de cinco días, los salones de la reunión estarán colmados del gran público deseoso de conocer las propuestas y los planes de recuperación de viajes luego de los fuertes impactos de la Covid-19.
La Feria abre este fin de semana sus puertas a la mayoría con marcas de una normalidad, sin controles ni mascarillas, y con una oferta que conjuga sus clásicos atractivos con los propósitos de un sector encaminado a la digitalización y la sostenibilidad.
Escenarios de cine, paseos por -y con- las estrellas, saludos al sol, catas gastronómicas e iconos de la música en español son sólo varios de los reclamos de una edición que apuesta, más que nunca, por un turismo segmentado de calidad, y por la tecnología, que gana terreno a los folletos.
Fitur sabe aprovechar su vertiente más formal, enfocada a los profesionales del sector, mientras se consolida como plan de ocio para familias enteras.
En esta 43 edición los destinos sacaron toda su artillería para atraer a los más jóvenes con simuladores, inteligencia artificial y espectáculo.
A falta de poco más de una semana de acoger la preselección española para Eurovisión 2023, Benidorm recrea en la feria el Mirador de la Música, inaugurado el pasado julio y situado al final de su mítica playa de Poniente, por ejemplo.
Por su parte, los amantes del deporte tienen una cita obligada con la Copa del Mundo en su versión de réplica.
Otro del atractivo es el stand de Japón, con presentaciones de su arte marcial Shorinji Kempo, y Surcorea muestra actividad para los seguidores del Taekwondo.
En materia de compras, la feria despliega un inmenso abanico de opciones, junto a opciones de Selfi en espacios como Estambul, que aporta 53 restaurantes en la Guía Michelín y acoger la final de la Champions League, a lo que se suman caricaturas digitales en Israel, o el simulador de vuelo de Iberia.
También están los bazares de Níger, Sierra Leona, Zambia, Mauritania y sorteos de todo tipo, que caracterizarán la visita de público el sábado y domingo.
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